La realización de ejercicio físico ejerce un papel beneficioso directo sobre la salud y también nos aporta beneficios indirectos mediante su impacto favorable sobre conductas relacionadas con la dieta y el consumo de tabaco.
La actividad física aumenta la longevidad y protege contra el desarrollo de las principales enfermedades crónicas no infecciosas como la enfermedad coronaria, la hipertensión, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes y la osteoporosis. Además, la inactividad física aumenta el riesgo de padecer distintos tipos de cáncer y aumenta la posibilidad de padecer depresión.
Según la Organización Mundial de la Salud entre los principales beneficios fisiológicos y psicológicos de la actividad física regular y moderada se encuentran:
Reducción de la mortalidad por enfermedad cardíaca.
Reducción del riesgo en más del 50% de desarrollo de enfermedad cardíaca, de diabetes (tipo II), de cáncer de colon y de dolor de espalda.
Contribución a la prevención y reducción de la hipertensión.
Reducción del estrés, la ansiedad y los sentimientos de depresión y soledad.
Contribución al control del peso.
Desarrollo y mantenimiento saludable de los huesos, músculos y articulaciones.
Reducción de la osteoporosis.
Reducción del debilitamiento general en las personas mayores y disminución del riesgo de caídas.
Aumenta la capacidad funcional y de vida independiente.
Promoción del bienestar psicológico.
Contribuye a minimizar las consecuencias de algunas discapacidades y en el afrontamiento del dolor.
Contribución al control de conductas de riesgo.
De forma general, es importante que una persona de cualquier edad realice ejercicio de forma habitual un mínimo de tres veces por semana para mantener una correcta salud mental, pero es primordial para las personas que padecen trastornos de ansiedad, depresión o estrés. También hay que resaltar que el ejercicio debe ser equilibrado, evitando el sobreesfuerzo y ajustado a las características de cada persona.
Hay algunos factores que aumentan la adherencia a la realización del ejercicio físico como son que se trate de una actividad agradable, que la persona se sienta segura y competente realizando la actividad, que se pueda acceder fácilmente a la actividad de manera regular, que la actividad encaje bien dentro del horario diario y que no suponga un coste económico o social que no se esté dispuesto a asumir.
Cristina León. Psicóloga Sevilla.