Preocupación y ansiedad excesivas, inquietud o nerviosismo, cansarse con facilidad, dificultades de concentración, irritabilidad, perturbación en el sueño ………….estos son algunos de los síntomas específicos para un diagnóstico de ansiedad.
La preocupación excesiva consume tiempo y energía y los síntomas asociados contribuyen al deterioro del individuo.
En general, la ansiedad se manifiesta en el individuo a través de tres sistemas de respuesta que están relacionados entre sí:
1. Nivel cognitivo: Intranquilidad, pensamientos negativos (inseguridad, falta de confianza en uno mismo), dificultad para tomar decisiones, falta de concentración, sensación de pérdida de control y olvidos frecuentes.
2. Nivel fisiológico: Aumento de la frecuencia cardíaca, pulso rápido, palpitaciones, dificultad para respirar, aumento de los niveles de azúcar y colesterol, mareos, sudoración excesiva, sequedad de boca, sensación de frío-calor, tensión muscular, molestias gástricas y hormigueos.
3. Nivel motor: Tics, temblores, hiperactividad, movimientos repetitivos, paralización, gestos o risas nerviosas, riesgo en el consumo de drogas, riesgo de beber o de fumar en exceso y pérdida de deseo sexual.
La terapia cognitivo conductual es la terapia de referencia con base científica para tratar la ansiedad. Tras realizar el diagnóstico y una evaluación al paciente se realiza una explicación acerca de la naturaleza y sobre los factores de mantenimiento de la ansiedad.
A nivel cognitivo se llevan a cabo un trabajo profundo sobre las preocupaciones y las distorsiones de los pensamientos que le llevan a experimentar emociones disfuncionales.
A nivel físico se trabaja respiración y relajación para controlar los síntomas somáticos.
A nivel conductual se analizan los hábitos que mantienen o favorecen la ansiedad, se incorporan hábitos saludables y se ayuda al paciente a enfrentarse a los eventos que le preocupan mediante práctica y exposición gradual.
Cristina León. Psicóloga Sevilla.
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