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  • Cristina León. Psicóloga Sevilla

Relación entre estrés y salud

El estrés es la respuesta general del organismo ante demandas internas o externas que resultan amenazantes. Cuando se activa esta respuesta, se movilizan los recursos fisiológicos y psicológicos para poder afrontar tales demandas.


El estrés es una respuesta adaptativa que, en ocasiones, nos resulta beneficiosa ya que nos produce un cierto nivel de la activación, incrementando el rendimiento. Por ejemplo, para una persona perezosa, el preocuparse por tener un examen le hará ponerse a estudiar y esforzarse. El estar enfadado porque se está engordando, puede propiciar que se siga una dieta adecuada y realizar ejercicio físico, reportando mejora en la salud de la persona.


Sin embargo, el exceso cuantitativo o cualitativo del estrés o la exposición a múltiples situaciones estresantes junto con la falta de recursos apropiados para hacer frente a ello dará como resultado el agotamiento del organismo. El estrés mantenido o crónico es un estado de sobre activación que perjudica el rendimiento y la salud de las personas y constituye un factor de riesgo de las enfermedades más graves.


El estrés aumenta la vulnerabilidad del organismo a desarrollar trastornos de la salud que resultan mortales como las enfermedades del corazón, el cáncer y los accidentes cerebrovasculares.



Principales alteraciones de la salud relacionadas con el estrés:


Trastornos cardiovasculares: Hipertensión, taquicardia, arritmias, infarto y angina de pecho.

Trastornos respiratorios: Asma, síndrome de hiperventilación y síndrome de opresión torácica.

Trastornos inmunológicos: Gripe, herpes y cáncer.

Trastornos endocrinos: Híper e hipotiroidismo.

Trastornos gastrointestinales: Úlcera péptica, intestino irritable, estreñimiento, digestiones lentas y aerofagia.

Trastornos dermatológicos: Prurito, sudoración excesiva y dermatitis.

Dolor crónico: Cefalea y lumbalgia.

Trastornos musculares: Aumento del tono muscular, tics y contracturas.

Trastornos bucodentales: Bruxismo.


El estrés también se relaciona con alteraciones de la salud que no suelen mortales como el asma, el dolor crónico, las alteraciones gastrointestinales, el insomnio y el alcoholismo. También deteriora el funcionamiento normal del organismo y provoca experiencias negativas (disminuye el rendimiento laboral, provoca falta de energía, empeora el estado de ánimo y aumenta la tensión muscular). El estrés se relaciona con la ansiedad y la depresión en su desarrollo, mantenimiento y en su tratamiento.


En definitiva, el estrés es una respuesta significativa que puede alterar la salud, el bienestar y la calidad de vida. Es de vital importancia desarrollar estrategias para prevenir y controlar el estrés con el objetivo de evitar o minimizar sus efectos negativos.


Cristina León. Psicóloga Sevilla.

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