La escala WISC-IV es el instrumento universal para la evaluación del cociente general de inteligencia desde los 6 años hasta los 16 años y 11 meses de edad. Evalúa las capacidades intelectuales a través de 10 pruebas obligatorias y 5 optativas que se organizan en cuatro índices (CV, RP, MT y VP) y en un CI total.
Esta prueba es oficialmente válida para la detección de altas capacidades (AACC) o de discapacidad intelectual. Esta información es determinante para que poder ofrecer a cada niño un itinerario curricular adecuado, así como para escoger aquellas actividades de tiempo libre en las cuales desarrolle sus capacidades y se adecúen a su nivel intelectual, esto evitará que el niño se frustre porque sobrepase o no llegue a los niveles que se le exigen en su rutina diaria.
El índice de Comprensión verbal (CV) expresa habilidades de formación de conceptos verbales, expresión de relaciones entre conceptos, riqueza y precisión en la definición de vocablos, comprensión social, juicio práctico, conocimientos adquiridos y agilidad e intuición verbal.
El índice de Razonamiento Perceptivo (RP) expresa habilidades práxicas constructivas, formación y clasificación de conceptos no-verbales, análisis visual y procesamiento simultáneo.
El índice de Memoria de Trabajo (MT) analiza la capacidad de retención y almacenamiento de información, de operar mentalmente con esta información, transformarla y generar nueva información.
El índice de Velocidad de Procesamiento de la información (VP) mide la capacidad para focalizar la atención, explorar, ordenar y/o discriminar información visual con rapidez y eficacia.
SCIP-S es una prueba breve de screening para la valoración del deterioro cognitivo. Ofrece puntuaciones en 5 factores (aprendizaje verbal inmediato y diferido, memoria de trabajo, fluidez verbal y velocidad de procesamiento) además de un índice general de ejecución global.
Se aplica desde pacientes mayores de 18 años, sin límite de edad.
El SCIP-S es una prueba de screening específicamente desarrollada para evaluar el estado cognitivo general y detectar posibles déficits en las principales áreas cognitivas, tanto en población general, como en personas con sospecha de enfermedad mental o deterioro cognitivo.
Dispone de tres formas paralelas de la prueba que permiten evaluar a la misma persona en varias ocasiones utilizando versiones equivalentes de la misma, evitando así el efecto de aprendizaje. Esto, unido a su brevedad, hace del SCIP-S una prueba ideal para la práctica clínica ya que se pueden utilizar distintas formas en la evaluación inicial y en las diferentes visitas de seguimiento. Además, ofrece baremos para población general o comunitaria (adultos sanos) en función de la edad y del nivel educativo. Fuente : TEA Ediciones.